APRENDAMOS A SER MANSOS Y HUMILDES

Por: Rafael Violet.

Que triste y abominable es ver y escuchar comentarios salidos de tono, sobre el que hacer de la vida.

Al parecer, para muchos la vida no vale nada, es una simple  y tortuosa fase  que poco  nos importa, no nos interesa, nos vale un comino la existencia humana.
No vemos más allá de las narices, se obnubilan y pareciera que la vida es solo ellos y nada más. Los demás son estorbo, escoria, piltrafas, basura andante, no son como nosotros, porque no piensan como nosotros.
No se  pliegan a lo que nosotros pensamos o queremos, y por lo tanto, son  metiches, desarrapados, maldicientes, gente del común, sin ninguna oportunidad, asquerosos producto de la iniquidad, no vale la pena dejarlos vivir, son nuestros contradictores permanentes.
Cuán equivocados estamos, sólo se nos olvida una pequeña cosa, que somos hijos de un solo Señor y dador de vida, que tenemos un espíritu indestructible, que sólo le pertenece a él y que sólo él, tiene el derecho de desaparecer o mantener lo que ha creado.
Mal podríamos nosotros hacernos dueños de lo que no es nuestro y mucho menos destruirlo, vilipendiarlo, hacerlo juguete de nuestros caprichos.
Ignorantes, despreciables, los que nos comportamos así, no tenemos la más mínima idea de los designios de nuestro Dios.
Todos tenemos en la vida que dar un mensaje de misericordia, de perdón, de reconciliación, de disfrutar la vida a plenitud, en  las canteras del amor verdadero,de la justicia y de la paz.
Que al discurrir de nuestro paso por la vida,  nos dé la fuerza y la seguridad  de encontrar un lugar apacible y lleno de alegría, distinto a lo que nuestra mente pueda imaginar, la verdadera virtud espiritual del hombre!.

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