Hasta ahora, los medios de comunicación, con algunas pocas excepciones, y los dirigentes políticos que cuestionan los métodos del expresidente Uribe para hacerse al poder, han dirigido sus reflectores hacia el protagonismo que tuvo José Guillermo «el ñeñe» Hernández, en la campaña proselitista del hoy Presidente Iván Duque en los departamentos del Cesar y la Guajira, de cara a la segunda vuelta de las elecciones.
Y, bueno, han descubierto tantos indicios siguiendo la pista del «Ñeñe» Hernández que han encontrado, incluso, denuncias sobre la supuesta participación del expresidente Uribe en el escándalo de las chuzadas como presunto beneficiario de la información recopilada ilegalmente por la Brigada de Inteligencia y Contrainteligencia del Ejército.
Por supuesto la resonancia mediática de estos hechos creció como la espuma cuando la Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia notificó al expresidente y hoy Senador Álvaro Uribe Vélez de la apertura de una indagación preliminar en su contra para determinar su posible responsabilidad tanto en la presunta financiación ilegal de la campaña de Duque como en las chuzadas a periodistas y politicos de la oposición.
Sin embargo, parece que la ola mediática ha ignorado, la denuncia hecha en su columna por la periodista María Jimena Duzán, que confirma cómo se desarrolló la estrategia de compra de votos para la campaña «Duque Presidente» en los departamentos y devela que la figura protagónica en esta «película» no fue el «Ñeñe» Hernández, si no su hermano «el Goyo» Hernández, hasta entonces desconocido.
En su columna María Jimena transcribe la conversación que sostuvieron telefónicamente María Claudia la «Cayita» Daza y el «Goyo» Hernández, en donde queda claro que fue este «la ficha clave en la estructura que se montó en el Cesar y la Guajira con el presunto propósito de comprar votos en favor de la candidatura de Iván Duque».
En uno de los apartes de su columna María Jimena Duzán transcribe y analiza apartes de estos audios: «Goyo le recomienda a María Claudia contactar a Tina Soto en Barrancas, una representante a la Cámara por el Partido Conservador, prima de Marcos Figueroa. María Claudia Daza habla de que en Uribia tiene a Rosa Valdeblánquez, que es hija de un capo del narcotráfico».
«El otro nombre que es mencionado en el audio es el de Lucas Gnecco, el exgobernador del Cesar que sigue siendo un importante bastión electoral en ese departamento y en La Guajira, pese a que fue condenado a 24 años de prisión por corrupción durante su administración y a que, según el diario El Pilón, Gnecco Cerchar y Hernando González fueron implicados desde 2015 por el paramilitar alias Henry en el asesinato del periodista Guzmán Quintero, jefe de redacción de este medio.»
«En al audio, María Claudia Daza le informa a Goyo la buena noticia de que ella logró que el expresidente Uribe hablara con Lucas Gnecco –lo mismo habría hecho “Iván”– y que este había dicho que estaba jugando con ellos».
A lo largo de la conversación, afirma María Jimena, es claro que el papel de Goyo Hernández en ese andamiaje electoral fue clave, porque además de ser el encargado de la publicidad, era el que presuntamente la pagaba: «Le dije a Luquitas que la publicidad eras tú, te llamaron?, le dice María Claudia a Goyo. “Sí”, le responde, “él habló conmigo y le mandé a autorizar todo lo que él quisiera. Mandó a hacer un camión con Silvestre y con Lalo” (el hijo de Lucas Gnecco que es concejal de Valledupar). “(…) Todo lo voy a pagar yo”…, le aclara Goyo a María Claudia Daza.»
«Más adelante ella le cuenta a Goyo que “Iván” va a ir a La Guajira y que necesita publicidad porque no tienen ni gorras ni afiches. Goyo le responde que le va a meter dos vallas en San Juan, que va a hacer varias pegatones y que una de ellas va a ser de 350 carros».
En su columna la periodista María Jimena Duzán también informa que el Magistrado Misael Rodríguez, a quien le correspondió la investigación de estos hechos relacionados con la llamada «Ñeñepolítica», había iniciado la recolección de documentos y testimonios para sustentar la apertura de investigación preliminar contra el expresidente Álvaro Uribe Vélez, lo que se cumplió la semana pasada.
Aunque fue el abogado Miguel Ángel Del Río Malo quien destapó en los medios el escándalo que ahora se conoce como la «Ñeñepolítica» al hacer públicos los audios producto de la intervención telefónica ordenada por la Fiscalía a José Guillermo «el Ñeñe» Hernández, la denuncia formal ante la Corte Suprema de Justicia fue instaurada por los periodistas Gonzalo Guillén y Daniel Mendoza.
Sin embargo, en una sorpresiva y descarada decisión, el Fiscal General Francisco Barbosa ordenó la captura de los investigadores de la Dijin, Jefferson Tocarruncho y Wadith Velázquez, a quienes les imputa los presuntos delitos de Fraude Procesal y Violación Ilícita de Comunicaciones, entre otros, para trarar de invalidar los audios como prueba judicial y evitar así que la Corte Suprema pueda contar con uno de sus argumentos más fuerte para condenar al expresidente y senador Álvaro Uribe Vélez, cuya suerte pendula ahora entre «el Ñeñe» y «el Goyo.»