
La voz de José Higinio Rossi Grandett no se apagará nunca, así él haya partido al encuentro con Dios, porque es un símbolo de la radio de Córdoba.
Miembro del clan familiar Rossi Grandett dedicado profesionalmente a la producción radial desde los inicios mismos de la radio, José Higinio, escaló todos los cargos inherentes al servicio, desde control-locutor, locutor, lector de noticias, coordinador periodístico, director artístico hasta gerente de las más prestigiosas emisoras o cadenas de radio en Córdoba.
Produjo radio sirviendo a los más caros intereses de la cultura del Sinú y de toda la región Caribe cosechado los frutos del afecto, la amistad y la simpatía de la gran audiencia a la que siempre cautivó con su voz.
Estuvo en los grandes proyectos radiales de todas las épocas, desde la producción de radionovelas, pasando por los programas artísticos de los radio-teatros hasta las transmisiones en vivo en calles y carreteras, siempre con el mejor sentido de la radio: “Servir, agradar, informar, formar y divertir” descubriendo talentos y construyendo proyectos de vida.
La emisora de radio “La Voz de Montería” hizo todo un tributo a una vida dedicada a la radio de Córdoba pues fue la única que mantuvo entre su planta de personal el cargo de Director Artístico y en sus últimos casi 30 años los ocupó José Higinio Rossi Grandett, aportando ideas y su trabajo disciplinado y responsables hasta sus últimos días de vida.
Eso lo explica todo. Un medio en el que la competencia de calidad es la constante y en el que quienes compiten tienen siempre distintos niveles de competencia, desde quienes lo hacen bien hasta la excelencia; pero, también quienes envidian e intrigan y los que elogian, reconocen y hacen venia. José Higinio Rossi mostró sus capacidades profesionales para relacionarse bien, dejando como legado la amistad imperecedera y la lealtad de quienes tuvimos la oportunidad de relacionarnos con él, discípulos, compañeros de trabajo, la colegancia toda, el zapatero, el vendedor ambulante, el campesino, el comerciante, el estudiante, el deportista, el poeta, el escritor el artista, el humorista, el profesional de todas las disciplinas, el dirigente cívico, sindical, gremial, social, político y el gobernante, a quienes puso al servicio un micrófono y su voz siempre en “On”, como también la recordaremos… ¡siempre!.
Se fue un hombre que estuvo toda la vida en la trinchera -tal vez- más riesgosa del combate por la construcción de la sociedad que hoy somos, sobreviviente de 4 de las 5 guerras vividas por los colombianos de los últimos cien años.
Sucumbió finalmente ayer domingo 14 de marzo como un nuevo héroe de los medios de comunicación que no le dieron tregua ni cuartel a la guerra contra el Covid-19, murió sin saber, como aún no lo sabemos todos, si era realmente víctima de una pandemia o del más grande fraude contra la humanidad.
Por eso no podemos olvidar a José Higinio, a él y a los que murieron como él, en estas terribles circunstancias que rompieron nuestras costumbres y tradiciones, que fracturaron insoldablemente nuestra cultura, y tan pronto haya siquiera una tregua en esta guerra contra el covid recojamos las cenizas de nuestros muertos o sus fotos y en un homenaje de memoria colectiva hagamos sus honras fúnebres de manera colectiva para que a nadie le quepa siquiera duda de que jamás les olvidaremos.